miércoles, 31 de agosto de 2011

Barba de tonton. El tiempo pasa

En este juego de espejos que es la web 2.0 -ocurrencia abstracta que le debo por completo a mi primo Roberto-, uno comienza a recrearse en otros, como de plano sucede en la realidad, creo, y revisando los blogspots que sigo me encuentro gustoso con una entrada del pasado antiguo, que proviene de una era previa al improvisado crematorio regio, conocido con el cinematográfico nombre de Casino Royale, en Monterrey; o a la de los balazos afuera del estadio mal bautizado como "Territorio Santos Modelo"; es decir antes del renacimiento westerniano en nuestro país.

En esa entrada del 2 de abril de este año, la cual presento aquí abajo, me enfrento casi al natural al juicio experimental de don Julián, un niño que a través de su amá construye discursos sobre su entorno, como una suerte de memorias emocionales que están aguardando su escarnio futuro, sin duda, pero que por el momento permanecen en este espacio, flotando en lugar del entrañable album de nuestras infancias, un tributo de nuestros padres a nuestro pasado inconciente ¿no? Unos tuvimos la Polaroid o la 35mm de nuestros ancestros, don Julián tiene su blogspot multimedia.

Téngase, pues, esta entrada como una instantánea prehistórica ya, en donde, por un momento al menos, no había guerra en la mente de sus protagonistas, tan sólo el descubrimiento de una mirada, que se dio a cambio de una experiencia táctil que aún desconozco yo mismo, como portador de barbas cavernicoloides (cfr. Caveman, Gottlieb, 1981):

La barbe de mon tonton Praxedis
Dimanche passé nous sommes allés déjeuner chez mon tonton Praxedis et ma tante Alejandra, c'était chouette car nous sommes allés faire un tour à Villa Coapa et ma maman a montré qu'elle connaissait vachement bien le quartier! Puis lorsque nous étions prêts à nous installer dans la voiture je me suis rendu compte que mon tonton Praxedis, eh bien il a une super longue barbe, un peu comme un homme des cavernes, rien à voir avec la barbe bien coupée de mon Bon Papa ou celle un peu plus longue de mon Papypicote, et mon papa, n'en parlons pas car, comme Atito, son papa, il n'a pas de barbe du tout. Enfin, j'étais fasciné par sa barbe et il m'a laissé la caresser. C'était chouette!

El domingo pasado fuimos a desayunar en casa de mi tío Praxedis y mi tía Ale, estuvo súper porque además después fuimos a dar una vuelta a Villa Coapa y mi mamá mostró que conocía bastante bien el barrio (vivió allí 10 años!) Y cuando estábamos listos para subirnos al coche me di cuenta de que mi tío Praxedis tiene una barba muuuy larga, un poco como un hombre de las cavernas, nada que ver con la barba siempre bien cortada de mi Bon Papa o la un poco más larga de mi Papypicote, y la de mi papá ni hablar porque como Atito, su papá, no tiene pelos en la barbilla... En fin, estaba fascinado por su barba y hasta me dejó acariciarla. ¡Qué padre!