jueves, 8 de julio de 2010

La visión



al enemigo que se va, puentes de plata


Cuando volviste la prisión creció de nuevo. Ahí donde el estiércol abandonado empezaba a madurar la tierra, ahora ya todos se dan la espalda a todos, la fruta pudrifica, la sangre se corta, se enniebla el horizonte, el tiempo se detuvo.

    De las cavernas más profundas regresaste, animal herido, silencioso, que tanto daño hiciste a los perros más rabiosos: eres el monstruo temible indultado, que respira con trabajos, calculando las ventajas obtenidas por tu dedo inmaculado. Eres la bestia mugrosa que arrastra sus moscas consigo, adentro de tu caparazón dorado, que dejas una baba ácida a tu paso muerto. Tus alas, torpes, con las que nunca has volado, tiran todo en su andar peligroso por el pueblo desierto.

    Enemigo, te acuestas a descansar sobre tu larga cola. Sin vergüenza ninguna defecas y devoras. En tu mente existe la imagen de la victoria absoluta:

    --El amor lo puede todo --, te confortas y te propones dormir, soñando con tus actos más viles, el llanto de los inocentes.

    La gente sale de su casa, comienza a respirar el aliento envenenado de la creatura. No dice nada, se prepara para irse a trabajar. El futuro agarra sus triques y se larga lejos con su modestia inútil.

    Yo odio pero trato de no hacer mucho ruido con la pluma, para no despertárte de tu siesta, visión pestilente.



Nota: la pintura utilizada al principio es de Francisco Goya y se llama La visión fantástica o Asmodea. Este texto pertenece a un cuaderno de notas que data de mi verano de 2009.

jueves, 1 de julio de 2010

joroba II, jo fut tal mudh Alá



Francisco Gabilondo Soler, conocido geógrafo veracruzano y matemático obsesivo; tomado como gran astrónomo por construir un observatorio con sus propios medios en Tultepec para las prácticas de los aficionados de la Sociedad Astronómica Mexicana, de la que fue miembro y generoso benefactor; y buscado por el Colegio Nacional debido a su calidad de políglota empedernido, compuso, inducido por el genio del insecto ortóptero (conocido como Cri cri) que le cantaba las canciones, hacia finales de los años 50 una fantasía arabesca que siempre merece la pena apreciarla hasta sin la extraordinaria composición musical, que engalana desde ahora esta antología malpuesta:


Por el desierto / un pobre camello pasó, / "jo fut tal mudh, Alá".

Iba sediento, cansado, / muerto de calor, /"mar fah geet, Marajhá".

Pero por suerte no lejos de allí, / unas palmeras lo vieron venir, / y lo llamaron a voces / diciéndole así:

“Si es que tú quieres beber, / si tú quieres descansar, / pues no dejes de venir acá. /fiu fiu / Además has de saber / que te quiere conocer / cuanto antes nuestro Gran Sultán: / solitario y quejumbroso / el turbante lo fatiga, / pues no tiene más negocio / que rascarse la barriga.”

“¡Jorobita, por favor, / ven a ver al buen Sultán / y aquí ya no tendrás más calor!”

Dando traspiés en la arena / despacio avanzó. / "darmahedd sbahar". / Iba sacando la lengua, / y se tambaleó… "Aleh bani fari jafat sija reb Spareb jarabtttt"

Y las palmeras, a todo correr, / desde el oasis salieron por él, / pues el cansado camello se iba a caer.

A la sombra del jardín / el sultán Baluk Salim / en la boca le sirvió un ice cream. / El desmayo fue fugaz, / y el camello muy voraz / despertó para pedirle más.

“Como a mí me sobra esbacio, / si usted quieres consentir, / te regalo mi balacio / todo entero bara ti.”


Y a la diestra del sultán, / sentadito en un diván, / Jorobita se quedó a vivir.


"Jorobita". Más canciones del Grillito Cantor, 1958.