lunes, 21 de junio de 2010

autorretrato 1

AUTORdTRATO

ARIA

Pra-xe-dis Gil-ber-to Ra-zo Ru-íz, Paraccedis Gilverto Raaazo Ruízzz: ruido soy hombre que no se baña a diario por costumbre rara, sediento avaricioso de mentira y grandes hazañas que han ocurrido.

VARIACIÓN 1

Praxedis he sido un nombre raro en este mundo, largo y accidentado, protector de nada y cuidadoso buscador de lo que no hace falta ya. Gilberto tengo mi infancia y todas sus metamorfosis, a veces, desconocidas, de las que ya no se sabe que esconden bajo sus dos brazos guangos que le han legado al cuerpo. Razo he pagado impuestos y pasado lista toda mi vida, Razo he visto crecer el mundo, mientras se ensancha, Razo he viajado tras de Razos sueltos y he aprendido a visitar, a no hacerme, incluso, responsable. Ruíz he sido mi nostalgia, mi no saber cómo decir, mi ir e ir e ir e ir, mi cantar y silbo es por lo mismo, y de todos mis apellidos es el más corto, aunque misteriosamente –y a razón de reglas gramaticales que también soy- sea del mismo tamaño que todo el resto.

VARIACIÓN 2

Ebrio nocturnante, piropero sin denominación (v)(b)ocal, tribal

encantador presunto de gatos, Praxedis he abandonado a mis hijos, Gilberto los he concebido, Razo los pedezco y Ruíz trate de olvidar.

Ahora perfil en casa nueva, paraíso a medio perder de encontrado, que, con alumbronado escote de los ojos otorgado por jóvenes lámparas, escribo de mi cara con tinta de casa de mi tía Gelo:

CANONE ALL’UNISONO QUODLIBET

ojos he sido desde sexo, nariz he sido del sexo, boca con sexo, oídos para y tacto… desde muy pronto en mí he sido tacto y nadie sino nadie me enseñó a usarlo.

Escucho a Stravinsky por emoción y a Revueltas por devoción paternal.

Todo lo que como viene con la tristeza deslumbrante de la educación sentimental de mi abuela, un rigor amable que también va hacia la cúspide del naso, entrenada por mi madre. Lo que veo y toco sí es mío, eso sí es locas tardes de monólogos juguetes, desmadrugador afán de enamorarme en tiempo descontroladormente; eso sí es mis lecturas que he vivido, mi ciudad desdentada y pasionante transitarla: manos-sur, riñón-orinente, nalgas-ponente, y al norte ya poco lo conozco.

INTERMEDIO DINFINITIVO

Jugar Nintendo en ratos que invento libres. Lanzar correos a la luz de las computadoras. Doler de mi trapecio donde monta mi futuro.

Amar sin locura por haber malcomprendido el ¿qué? Dar vida a palabrerías sin medición consecuencial. Traicionar casi no todo. Herir sin mirar aquí en leer y escribir leer y escribir leer y escribir leer y escribir una plaza de toros y un circo. Una Alesina trato de interpretar en lengua convencida sin soportar. Una película ver: la de mi tradicional fracaso.

VARIACIÓN 3

Praxedis Gilberto Razo Ruíz -que gusta de texturas suaves sobre el pecho pero no en callos, que gusta de animales por inexplicabilidad, que come galletas y dulces como única obediencia, que fornica como si fuera la última vez- es un cúmulo de asuntos pendientes, un simulacro de sí mismo, un dicharacherío al que se le cae el pelo sin remedio, un engaño sudoroso que ostenta caspas al que alguien mira y lee y escribe y lee y escribe y lee y escribe y lee y escribe y lee “afán caduco y, bien mirado” sólo para pensar en este error que se aproxima,


ARIA DA CAPO

es, en fin, un habitante del planeta tierra que de grande quiere tener la misma joroba que su abuelita. Y como de chico quería una robusta barba que ahora ostenta, calcula que será una D MAYÚSCULA en su muerte.


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